Ese balanceo que siento, suave y eterno... pensaba que se trataba de un ligero mareo. Pero al despertar y pisar lo que yo pensaba que era el suelo, una caricia de terciopelo me sobrecogió erizándome cada vello. Danzando de un lado, a otro; de un lado, a otro... bailando el vals del mar, las aguas poco movidas y las algas meciéndose tranquilas. Y yo, con ellas.
Jiji, qué graciosos. Cada vez que entro en tu blog, me sorprendes con mejores ilustraciones :)
ReplyDeleteUn besazo!
rockbellgoeswild.blogspot.com.es
Muchíiisimas gracias Laura. Me encanta tu comentario :)
ReplyDelete