El tiempo es un cirujano de
corte fácil,
que va extirpando recuerdos de
la mente frágil,
le practica punciones al
corazón,
transformando esos recuerdos en
dolor.
El tiempo es un psiquiatra
loco,
que convierte la inocencia en
despojo,
droga el sentimiento y espabila
la razón,
mermando los sentidos y matando
la ilusión.
Yo soy costurera de las cosas
que aún me quedan,
y mientras enebro en mi aguja
una seda,
busco con puntadas insistentes,
hacer a mi corazón inteligente.
Y a puntadas de razón,
a puntadas de deseo,
he
cosido el corazón...
a mi cerebro.
Texto por Rotos y Descosidos
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