El tiempo es un cirujano de corte fácil, que va extirpando recuerdos de la mente frágil, le practica punciones al corazón, transformando esos recuerdos en dolor. El tiempo es un psiquiatra loco, que convierte la inocencia en despojo, droga el sentimiento y espabila la razón, mermando los sentidos y matando la ilusión. Yo soy costurera de las cosas que aún me quedan, y mientras enebro en mi aguja una seda, busco con puntadas insistentes, hacer a mi corazón inteligente. Y a puntadas de razón, a puntadas de deseo, he cosido el corazón... a mi cerebro. Texto por Rotos y Descosidos